Hoy fue un día más que triste en el Dámaso Centeno, perdimos a una persona muy especial.
Yo estaba desayunando a las corridas porque ya de por sí me levanté tarde, pongo el noticiero y escucho algo de " Motochorros ", a lo cual acoté "que hijos de puta, los tienen que matar a todos", sin darle mucha bola a la noticia ya que sino, llegaba tarde.
Entro al colegio, subo las escaleras... llegó al primer piso, veo dos chicas abrazadas llorando desconsoladamente, miro hacia adelante... y no estaba ese chico tan simpático sentado en "su" banquito como todas las mañanas.
Comento esto en el aula... voy al baño, y veo una chica sentada en el piso... llorando.
No entendía porque tanta tristeza hasta que llego a la formación y el director da esta horrible noticia... Se me cayó una lágrima debido a que no podía creerlo. Todos en silencio fuimos a nuestras aulas. Y ese mismo silencio se mantuvo todo el día... Fue extraño.
Pero de algo malo siempre se puede sacar algo bueno, en este caso lo bueno es que cada día se nota más lo unido que es este colegio, una verdadera FAMILIA DAMASEÑA. Y como dijo el director "... Así como compartimos risas, compartimos llantos... ".

La verdad es que no lo conocía muy bien a Coco, pocas veces hablé con él y siempre eran antes de que yo suba a mi aula ya que siempre hablábamos mientras el estaba en ese banco, al lado de su aula antes de la formación. Pero así como a todos, me pegó muy fuerte esta noticia.
Lo único que quiero es justicia, pero se sabe que es imposible. El que haya justicia en este país es una utopía, desgraciadamente es así.
Te vamos a extrañar Coco, todo el dámaso esta con vos.