Me prometí no caer bajo coqueteos y palabras dulces. Juré que otra vez no sería débil ante la más mínima muestra de afecto, pero no debí haberlo hecho. Dos veces y ya ando pendiente de lo que harás, con quién estarás.
No quiero llenarme la cabeza de estupideces, ni de suposiciones que me dañan. Quiero sacar mi lado racional a flote pero en sentimientos no soy capaz de usar la cabeza y mi corazón toma las riendas de toda decisión. Tal vez es mejor que todo fluya y no quedarme pegada en algo que no fue.